viernes, 8 de abril de 2016

Hijos huérfanos de padres vivos

Afortunadamente los aconsejadores del Consejo General del Poder Judicial nos tienen bien asesorados, no sólo a jueces y fiscales, sino al resto de la ciudadanía de que el Síndrome de Alineación Parental (SAP) es un constructo pseudocientífico de padres pedófilos norteamericanos, que contrataron a un psiquiatra malicioso para que ingeniase un maquiavélico enredo para cazar a abnegadas madres defensoras de sus hijos.
Afortunadamente los técnicos psicosociales, que actúan como expertos judiciales, incluso en la tan cacareada “conciliación”, advertidos de tamaña argucia, con impecable criterio, validan la denigración y rechazo de un padre por su hijo por desapego devenido naturalmente, sin esa torticera y falsaria referencia a la injerencia materna. Afortunadamente los equipos técnicos de los puntos de encuentro jamás han sido pervertidos por estos trileros y cuentan con tanta noticia de Gardner, Bolaños, Aguilar Cuenca,… como de la alineación del NK Zagreb de Croacia.
Afortunadamente las muy abundantes divulgaciones de feminismos progénero nos desvelan, paso a paso, las artimañas urdidas por este desaprensivo grupo de padres y sus abogados para completar el escarnio al que siempre han sometido a ímprobas madres compasivas, sacrificadísimas protectoras de sus hijos. Afortunadamente el SAP no existe y , por tanto, pronto llegará mi despertar de esta pesadilla que tanto me aflige y en la que una preadolescente, sangre de mi sangre y por quien no dudaría ni un instante en sacrificar mi vida, anda, como pollo sin cabeza, queriendo querer, pero debiéndose a una superior causa de satisfacer una pérfida programación de afrenta, denostación y ofensa.
Afortunadamente, con mi despertar, como niebla desvanecida ante la persistencia lumínica del astro, se disiparán, disgregarán, las literaturas de psiquiatras clínicos que desde 1956 enumeraban las perniciosas consecuencias sobre la crianza de hijos en total o parcial ausencia de la figura paterna -fracaso escolar, desocialización, baja autoestima, adicción, suicidio, embarazo precoz, violencia sexual, etc.- Se desvanecerán, despertando, los que semejan ser profusos y detallados tratados psicológicos del SAP, sobre sintomatologías, graduaciones de gravedad, pronósticos de evolución, tratamientos paliativos, terapias,… Qué feliz despertar, que, seguramente, me torne también a una vigilia en que ninguna madre jamás fuese psicotizándose porque un litigante e intrigante sistema desigualitario la tentase con dar cauce al resentimiento que creyera padecer con todo derecho. Despertar y volver a ver desatorado el canal natural por el que transita el abundante flujo de cariño de mi hija hacia su padre. Salir de esta larga noche de pesadilla y ni rastro de una folie à deux que me demonice, porque nadie mudó nunca el supuesto de que mi pecho albergase algo distinto a un gran corazón amoroso, de esposo y padre.
Qué realidad, en la que cesando en este mal sueño, resucite mi hija en su ser inicial de criatura legitimada a tener madre y padre, protectores conciliados en su crianza y educación, para legarla a la sociedad con que tanto querían y a la que así querían sumar dignidad y provecho. Qué realidad en la que yo también resucite exento de mácula, sin haber sido herrado con la presunción de culpabilidad y sin que me hayan supuesto anteojeras de prepotencia machista. Joder, qué ganas de salir de este delirante ciclo REM y NREM, en que he creído que, anualmente, los padres se defenestraban a cientos, bajo la opresión de inquisitivos tribunales que los daban caza como a brujas y herejes heliocéntricos; delirantes sueños en que creía percibir campañas orquestadas en medios masivos de comunicación, en conflagración con eslóganes políticos, inspiradores de pautas de administración de la ciudadanía, y que negaban la realidad sexual biológica y antropológica del género humano, renegaban del humanismo cristiano, su moral, y rebatían la institución de la familia, propalando bulos, por ejemplo, de libre reasignación sexuada según multiopción de pulsiones; por ejemplo, de una historia de sometimiento y dominio de la mujer al hombre, en que su transcurrir y fruto fuere inconexo, desyuntado, obrado desde la dialéctica de amo y esclavo, capitalista y obrero; delirantes sueños en que, bulo a bulo, a cual más desviado, se forjaba un doctrinario ingeniado con el propósito de domeñar la demografía humana y su libre albedrío; y todo ello dirigido por envanecidos mortales que se sentían dioses del Olimpo.
Qué ganas de despertar y ver, hija, nuestros destinos tornados a nuestras manos, en vez de dictados por falsos dioses, sus falsos adalides, sus falsos profetas y su ejército de hipócritas correligionarios. Yo me pregunto: ¿Cómo podemos concebir tan perversas fantasías en los sueños?