jueves, 18 de septiembre de 2014

La familia que perdió la tutela de su hija se querella por denuncia falsa

Los padres fueron acusados al confundirse una herida con la quemadura de cigarrillos


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Los padres abrazan a su hija. / JOSÉ POYATOS (DIARIO JAÉN)
Los padres de la niña de Úbeda (Jaén) a los que se les retiró durante tres meses su tutela por un error han presentado una querella criminal por denuncia falsa al entender que se actuó de forma “totalmente negligente” al confundir una herida dermatológica con supuestos malos tratos provocados por la quemadura de cigarrillos.
La querella se dirige contra todas las partes que actuaron en el proceso que provocó que la Junta decretara el desamparo de la menor de 11 años y retirase de forma cautelar la tutela. Contra el tutor de la niña que dio la alerta, el director y la médico del colegio, la pediatra que la examinó en el centro de salud y los servicios sociales de Úbeda.
Tras el archivo de la denuncia por malos tratos por parte del Juzgado de Instrucción 1 de Úbeda, los progenitores de la menor basan su querella en que tanto el reconocimiento médico de la niña como su salida de la escuela para acudir al centro de salud se hicieron sin autorización de los padres. Además, se accedió al historial médico de la menor “sin consentimiento y vulnerando los derechos de protección de datos”.

Desprestigio familiar

Los padres quieren que se depuren las responsabilidades por denunciarles en falso “lo que ha ocasionado tanto el desprestigio de las personas como un grave perjuicio económico”. Hay que recordar que los progenitores fueron detenidos e imputados por un delito de malos tratos y recibieron una orden de alejamiento de su hija, que se prolongó durante tres meses.
El letrado de la familia, Luis Fernando Salido, pide que se tome declaración a los querellados y que las consejerías de Educación y de Salud y Bienestar Social aporten los expedientes instruidos en relación a este caso. Sin embargo, desde el Gobierno andaluz se ha defendido la actuación que, dicen, se hizo según lo que marca el protocolo en estos casos y a instancia del juez.
Salido entiende que, aunque no ha existido mala fe, faltó mayor diligencia y rigurosidad en los profesionales educativos y sanitarios, como quedó demostrado en declaraciones posteriores, ante el juez, de dermatólogos y del pediatra de la niña. También censura que la menor fuera incluso sometida con posterioridad a exámenes ginecológicos ante la sospecha de que podría haber sufrido abusos sexuales de sus progenitores.