Las imágenes corresponden al quinto día en huelga de hambre de Manuel Ruiz Garrido. El único alimento que ingiere es agua.
La justicia toleró y permitió que la madre de David trasladase su domicilio y el del menor a 1.000 kilómetros, desde Puebla de Castro (Huesca) hasta Málaga sin el consentimiento y autorización paterno, simplemente porque la custodia recaía en la madre, lo cual es habitual en España en más del 90% de los casos. ¿Se hubiera tolerado de igual modo el traslado si la custodia de David hubiese estado en manos de Manuel Ruiz? Probablemente no. En los juzgados, en la justicia española es conocido que antes de entrar a una sala de vistas ya la custodia es otorgada a la madre. El padre, el varón, tiene que demostrar que es un buen padre, que tiene las actidudes necesarias para ello, pues a la mujer se considera por el hecho de parir que las habilidades son innatas en ella para el cuidado de los hijos. ¿Machismo, discriminación?
Posterior al archivo de la denuncia por abuso sexual, y después de recobrar el contacto normal entre padre e hijo, la madre de David decidió por la vía de los hechos que se mudaba con David a 1.000 kilometros de distancia, alejando con ello a David de su padre casi de una punta a otra de España. Parece como si fuese un premio a la madre que el juzgado consintiese este cambio sin la autorización y consentimiento paterno. Pues si bien es cierto que las personas tienen todo el derecho del mundo a fijar su residencia en el lugar que consideren, ¿es qué este derecho se encuentra por encima del derecho de los hijos a ser cuidados, protegidos y amparados por ambos padres? Porque esta pasividad judicial a dicho traslado del menor a 1.000 kilómetros de su padre más bien parece una recompensa o premio por la denuncia de abusos sexuales interpuesta por la madre de David, pues recalcamos que el traslado a 1.000 kilómetros se produce cuando las medidas cautaleras adoptadas por la denuncia de abusos sexuales al menor cesan como consecuencia de carecer de valor alguno. Con lo cual resulta imposible compartir de nuevo el tiempo de estancia establecido en sentencia entre padre e hijo. Mientras que se resuelve la decisión judicial por dicho traslado, Manuel decide marcharse a Málaga, dejarlo todo para continuar el contacto y cuidado de su hijo, pues David tiene una discapacidad de un 68% y precisa cuidados especiales. Es el propio juzgado quien había resuelto en sentencia que Manuel se ocupase de atender a David en las comidas y hasta las 7 de la tarde, e incluso el miércoles David pernoctaba con Manuel, y éste se encargaba de llevar a David al día siguiente al colegio. Más los correspondiente fines de semana y vacaciones. Después del sacrificio que realiza Manuel de abandonar todo y marcharse a Málaga a cuidar de su hijo, el Juzgado número 1 de Barbastro resuelve validar el traslado del menor a 1.000 kilómetros de su entorno habitual, y REDUCIR EL TIEMPO DE ESTANCIA entre Manuel y su hijo a un fin de semana al mes. ¿Beneficia en algo a David la decisión judicial? ¿Ya no necesita los cuidados de su padre?
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