jueves, 9 de agosto de 2012

QUIERO SER MUJER. FRANCISCO BOCANEGRA


Soy hombre, lo dice mi Documento Nacional de Identidad, y siempre he estado contento con serlo, ¿siempre?...En realidad ya no. Desde hace unos años, desde que oficialmente pasé de ser hombre felizmente casado a ser hombre felizmente divorciado, empecé a envidiar ciertos beneficios legales y sociales, otorgados a mi ex mujer y que a mí me han sido negados por haber nacido hombre. Estos beneficios legales, socialmente aceptados y al amparo de la llamada discriminación positiva, me impiden acceder a estos “privilegios” y digo privilegios porque esta alarmante discriminación los convierte en ello.

Antes, como hombre felizmente soltero y posteriormente como hombre felizmente casado siempre defendí e incluso luché a través de alguna que otra manifestación y en no pocas discusiones, por los derechos que la mujer ha ido adquiriendo con los años, y que le eran negados hace apenas unas décadas por el hecho de pertenecer al género femenino. Esta terrible discriminación en el aspecto laboral y social me parecía intolerable, y aún me lo sigue pareciendo.

Cambié mi estado civil, pasando a formar parte de la cada vez más amplia lista de personas divorciadas, y de golpe y porrazo, me encontré con la cruda realidad: de defensor a ultranza de los derechos de la mujer, de rechazar frontalmente la discriminación por razones de sexo, me convierto en persona discriminada.

Como soltero, como casado, y ahora como divorciado, he realizado ciertas tareas que hasta hace apenas veinte años eran exclusividad de la mujer. La limpieza, cocina, cuidado de hijos, etc... Para mí han sido tareas que se deben realizar, y que he realizado al 50% sin diferenciación de sexos. Tareas en las que deben colaborar todas las personas que conviven bajo el mismo techo. He sido tan buen hombre trabajador como mi ex era mujer trabajadora, tan buen amo de casa como mi ex era ama de casa, tan buen padre como mi ex era madre….Entonces…. ¿por qué me discrimina la ley e incluso la sociedad? ¿Por qué tras el divorcio no he podido disfrutar de los mismos derechos que mi ex mujer?

Desde el momento en que me divorcié me di cuenta de que la ley ampara y defiende a la mujer que se separa, lo cual me parecería excelente sino me despojase a mí de mis derechos. Hablé con varios abogados, algunos cercanos a mi familia, otros desconocidos, algunos hombres, otras mujeres, algunos de oficio, otros de pago, y todos coincidieron en lo mismo:

“Actualmente la ley está así y la inmensa mayoría de los jueces son partidarios de dar la custodia de los hijos a la mujer”.” Ella mantendrá la custodia y el domicilio, y tú los verás fines de semanas alternos, te tendrás que alquilar un piso y deberás pagar la pensión que acordéis o que estime el juez”.

En ese momento pensé: “QUIERO SER MUJER”. “Quiero tener la posibilidad de vivir con mis hijos, dormir con ellos, darles de comer, recogerlos del colegio, estar con ellos todo el tiempo, estar cuando me necesiten”, “Quiero tener la posibilidad de seguir viviendo en mi espaciosa casa recién comprada pagando solamente la mitad de la hipoteca”, “quiero tener la posibilidad de recibir una cuantiosa pensión y poder administrarla a mi antojo” QUIERO SER MUJER porque sé que si las cosas no son como a mí me gustarían la ley y su representante el juez harán que las cosas sean favorables a mi intereses”