El abogado de la acusación pide sensibilidad para todo tipo de violencia
La acusada, sentada, y su expareja, interrogado por el juez en el juicio celebrado ayer en Ciutadella
Acusación particular y Fiscalía mantuvieron este lunes sus peticiones de pena, cuatro años de cárcel en el primer caso y tres meses en el segundo, para una mujer acusada de coacciones y de lesiones en el ámbito familiar, ya que golpeó a su expareja en plena calle, en Ciutadella, y delante de sus hijos, de 6 y 9 años de edad. El juicio se celebró ayer en el edificio del Juzgado de lo Social de Ciutadella (a donde se desplazó el Juzgado de lo Penal desde Maó) y quedó visto para sentencia después de que las partes rechazaran llegar a un acuerdo de conformidad.
Los hechos juzgados ocurrieron en 2014, en el momento en que el padre acudió a recoger a sus hijos menores al domicilio de su exmujer y ésta inició la agresión, según la denuncia. En el escrito de acusación consta asimismo una llamada en la que la madre insta al padre a retirar la denuncia. El abogado del demandante afirmó este lunes que aquella no era la primera vez que el comportamiento de la acusada era violento hacia el padre de sus hijos, y manifestó que, de haber sucedido a la inversa, es decir, que la agresión hubiera sido iniciada por el hombre «hace ya 16 meses que estaría en la cárcel», denunciando así «la barrera que aún no se ha tumbado» en los casos de violencia doméstica. El letrado argumenta que también se debe ser sensible hacia los casos -aunque sean minoritarios-, de violencia femenina hacia sus parejas o exparejas.
Los hechos juzgados ocurrieron en 2014, en el momento en que el padre acudió a recoger a sus hijos menores al domicilio de su exmujer y ésta inició la agresión, según la denuncia. En el escrito de acusación consta asimismo una llamada en la que la madre insta al padre a retirar la denuncia. El abogado del demandante afirmó este lunes que aquella no era la primera vez que el comportamiento de la acusada era violento hacia el padre de sus hijos, y manifestó que, de haber sucedido a la inversa, es decir, que la agresión hubiera sido iniciada por el hombre «hace ya 16 meses que estaría en la cárcel», denunciando así «la barrera que aún no se ha tumbado» en los casos de violencia doméstica. El letrado argumenta que también se debe ser sensible hacia los casos -aunque sean minoritarios-, de violencia femenina hacia sus parejas o exparejas.
