sábado, 26 de marzo de 2016

Mi madre se vuelve a divorciar

Ya no soy una niña, ni ella una joven, pero lo puedo contar en el blog, que va de esto. Espero que me perdone por ser mi fuente de inspiración, pero lo cuento desde la verdadera admiración que siento por su valentía y su forma de afrontar la vida. Esta vez su matrimonio, el tercero para los que no conozcáis la historia,  ha durado siete años (nueve años en total de relación), así que no es que vaya “de flor en flor”.
La cuestión es que mi madre no se conforma ni se rinde. No se conforma con vivir una vida matrimonial que no sea plena y no se rinde en su búsqueda de la felicidad. Todos deberíamos ser un poco así, no solo en el aspecto conyugal sino en todos los aspectos de nuestra vida. La teoría es sencilla pero en la práctica nos dejamos llevar por la pereza, el conformismo, los prejuicios, el miedo y un sinfín de ataduras más a la “situación” que nos gustaría mejorar.
A ella, ni su situación de autónoma, ni los otros dos matrimonios que lleva a sus espaldas, ni la tristeza por la muerte de un hijo le impiden tomar decisiones valientes y tratar de seguir disfrutando de la vida. Yo estoy bien si ella está bien y me da igual que se divorcie ochenta veces más.
Tomemos ejemplo para respetar las decisiones ajenas y para ser valientes en tomar las nuestras.