martes, 2 de octubre de 2012

Cuanto más ayuda el hombre en casa, más alto es el riesgo de divorcio


Según un estudio, las parejas en la que los hombres ayudan más en casa tienen un mayor porcentaje de divorcio que aquellas con unos roles más tradicionales.
Un estudio noruego, concluyó que cuanto más equitativa es la repartición de las tareas domésticas entre una pareja, más alto es el riesgo de divorcio. Según el Norwegian Social Research NOVA, un instituto de investigación en ciencias sociales noruego, el porcentaje de divorcios en los hogares que comparten las tareas domésticas equitativamente es un 50% más alto que en aquellos en los que la mayor parte del trabajo es realizado por la mujer.
“Cuanto más ayuda un hombre en el hogar, más alto es el riesgo de divorcio”, explicaba este jueves Thomas Hansen, coautor de un importante estudiotitulado “La igualdad en el hogar”. Para los investigadores, no hay ninguna, o casi ninguna causalidad, y esta correlación es más bien un signo de la “modernidad” de las parejas. “Las parejas modernas lo son a la vez en términos de distribución de las tareas domésticas y en cuanto a su percepción del matrimonio”, menos sagrada, explicó Hansen, señalando que es una cuestión de “valores”.
Cuanto más ayuda un hombre en el hogar, más alto es el riesgo de divorcio
“En esas parejas modernas, las mujeres tienen a menudo un alto nivel de educación y un trabajo bien pagado, lo que las hace menos dependientes económicamente de sus maridos. Por lo tanto, pueden hacer frente con mayor facilidad en caso de divorcio”, añadió. En Noruega, la educación de los niños se reparte generalmente de manera equitativa entre el padre y la madre, señaló Hansen, pero que en siete de cada diez casos, las mujeres dedican más tiempo que los hombres a las tareas domésticas.
Una interesante perspectiva acerca de estos resultados es la que lanzó el Dr. Frank Furedi, Catedrático de Sociología en la University of Canterbury en el diario británico Telegraph, que opinó acerca de un perfil de parejas de clase media y profesionales, que son en su opinión los que protagonizan los resultados. Según Furedi, estas personas son extremadamente sensibles a asegurar que todo esté formalmente correcto y recogido en acuerdos. Y añade que cuando más se organiza la relación, cuanto más se realizan planes y horarios, tanto más se vuelve una especie de relación de negocios que una relación íntima, de amor y espontanea. “Esto lleva a fomentar un conflicto de intereses en lugar de encontrar resoluciones armónicas”, declaraba el especialista. “En una buena relación las personas no saben quién hace qué y no les importa particularmente.”, aseguró el sociólogo.