jueves, 12 de julio de 2012

Hijos de divorciados padecen Sindrome de Alineación Parental


En el 90% de los divorcios, los hijos sufren del síndrome de Alineación Parental (SAP) que es la manipulación por uno de los padres para que rechace a la otra parte, problema que les deja a los menores secuelas para toda la vida.
A este síndrome se le conoce como el rechazo que experimenta un menor hacia uno de sus padres, al que quiere y necesita, pero ante la manipulación ejercida por el otro, lo tiene que rechazar, muy comúnmente conocido como el chantaje que llega a hacer un papá sobre su hijo para que el niño no se acerque a la otra persona.
El psicólogo, Carlos Hugo Martinez, coordinador del área psicológica y jurídica del DIF municipal, señaló que del total de las separaciones que se registran, el 90 por ciento, crean este síndrome en los niños.
El SAP lo pueden sufrir tanto hombres como mujeres, aunque se ejerce en mayor proporción en los varones, porque son las mujeres quienes, por lo regular, ante una separación se quedan con los hijos.
En este padecimiento, existe el alienador, ( el que se queda con el hijo) es quien utiliza una gran variedad de tácticas para excluir al otro padre, lo que llega a crear perturbaciones a los hijos, así como conflictos emocionales a la otra parte, quien es el alienado.
 Los padres alienadores, llegan a ser manipuladores,  distorsionan la realidad, sufren una gran ansiedad ante la separación, hacen uso y abuso de recursos judiciales y afectan la vida intima y personal de quienes lo rodean.
Entre las secuelas que los niños llegan a padecer, es el aislamiento, o su contrario, ser unos niños “rebeldes”, pasan a ser desesperados, ansiosos, o simplemente se deprimen y no entienden la actitud de los padres.
El psicólogo del DIF, señaló que es necesario que los menores tomen tratamientos para poder superar este síndrome, en el cual los más afectados son ellos, o de lo contrario sería un patrón de conducta que lo repetiría con sus hijos.
Los efectos de la alienación parental sobre los niños y sobre el progenitor alienado, pueden ser considerados como una forma de maltrato o abuso psicológico y emocional, que llega a producir daño permanente en sus vínculos.