Una joven de 23 años ha terminado en un calabozo tras inventarse su propio secuestro con un único fin, según la Policía Nacional: que los agentes acabasen incriminando a su exmarido, de quien pretendía vengarse por no aceptar su nueva relación. Los hechos sucedieron la semana pasada, cuando la mujer llamó a su novio actual, ajeno a la trama, y le dijo que estaba secuestrada por unos desconocidos que reclamaban a su familia el pago de 5.000 euros.
Horas más tarde, volvió a llamar tras haber sido "liberada" en un campo de naranjos cerca de Sagunt. A la policía le dijo que había sido raptada por dos hombres armados con machetes al bajar de un autobús de la línea 70, en Valencia, y que los captores la habían metido a la fuerza en el maletero de un Seat de color blanco y de tres puertas, donde la ataron de pies y manos. Pese a todo, dijo, había podido conservar sus dos teléfonos móviles, desde donde llamó a su novio tras "desatarse".
Agregó que, tras ser liberada -una vez que una prima suya había accedido a pagar los 5.000 euros de rescate-, había recibido patadas, puñetazos y golpes con una defensa extensible. Los agentes la llevaron al Hospital Clínico y allí empezó a entrar en contradicciones, hasta que acabó confesando que había inventado el secuestro para vengarse de su exmarido, por lo que fue detenida de inmediato.