Se les ha robado el cauce de su vida, sus hijos varones pueden ser víctimas de la gran estafa de una ley anticonstitucional, la ley de violencia de género, se preguntan en qué momento se equivocaron, como se ha llegado a la desigualdad por género.
Reclamaron leyes, celebraron la Constitución como garante, confiaron en la justicia que lo refrendaba. Sócrates se manifestó contra los predicados de los falsos dioses populistas, denunciando las doctrinas que convertían al ser individual y sus principios éticos en populacho degradado y manipulado.
Sostuvo hasta su muerte la dignidad de la conducta moral frente a falsos profetas vendedores de feria enriquecidos con la degradación de sus seguidores. Rechazó cualquier acuerdo que le librase de su sentencia a muerte por cicuta, retractándose de lo denunciado. La dignidad por encima de la propia vida.
La ideología de género disfrazada de justicia para la mujer, esconde una estafa inmoral de la que se benefician sus defensores, estómagos agradecidos, de un entramado de corte fascista y totalitario, que han tomado las riendas del Ministerio de Justicia convirtiéndose en el órgano político-judicial que maltrata a cualquier colectivo inocente: menores, hombres, abuelos utilizando sin recato las cifras de mujeres asesinadas como justificación de la necesidad de su existencia.
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