martes, 21 de junio de 2011

MENTIRAS FEMINISTAS

Hoy vamos a hablar de una mentira. De una de las más grandes mentiras propagadas en los últimos 50 años y que la gente se ha tragado sin rechistar.

Se trata de la supuesta discriminación contra la mujer.

Esta idea es tan falsa, tan evidentemente alejada de la verdad, que abochorna tener que explicarla. Cualquier persona cuyo cerebro no haya sido convenientemente lavado, enjuagado, centrifugado y puesto a secar al sol del mediodía se da cuenta de que no es verdad. Y sin embargo se ha convertido en un lugar común, un mantra que oímos día tras día repetido por feministas, sindicalistas, oenegeses, ministras-cuota, ministros politicorrectos y progres del más variado pelaje.

..."la mujer no tiene los mismos derechos que el hombre", "la igualdad está muy lejos de conseguirse", "las mujeres viven oprimidas en esta sociedad machista", "las mujeres cobran menos que los hombres", (frase que cuando una mínima sensatez obligó a recordar que las mujeres y los hombres no hacen los mismos trabajos se convirtió en) "las mujeres cobran menos que los hombres por los mismos trabajos", "no existe igualdad entre hombres y mujeres", "la mujer lo tiene más difícil"...

Ahora bien, "una mentira repetida muchas veces" no se convierte en verdad. Simplemente es aceptada por los ignorantes e incautos, por aquéllos más indefensos ante la manipulación y la mentira.

Nadie puede demostrar discriminación alguna contra la mujer, porque no existe. Mejor dicho: sí existe, pero en Arabia Saudí o en Afghanistán. Y en España, pero hace 300 años. Ninguna mujer puede alegar que disfrute de ni un solo derecho menos que un hombre sin que se le caiga la cara al suelo de vergüenza por mentirosa y/o interesada.

¿En qué consiste esa discriminación? ¿Qué se le permite hacer al hombre hoy que no se le permita a la mujer? ¿Cuáles son esas "barreras" que impiden que una mujer tenga éxito en el ámbito que desee? ¿A qué mujer se le prohibe o dificulta siquiera el acceso a los estudios, a una carrera profesional, a cualquier actividad a la que quiera dedicarse?

A ninguna. Al contrario, si alguien está discriminado, son los hombres:

-Los divorcios son una ruina para el marido. Las mujeres salen favorecidas en la inmensa mayoría de los casos, incluso en muchos en los que no han aportado un duro al patrimonio conyugal. Alguna lo ha reconocido en este foro: "si me quedo embarazada el piso es mío". Lo más habitual es que la mujer se quede la casa y reciba una pensión del marido, que debe pasarla bajo amenaza de ir a la cárcel. Esto, que hace 50 años tenía sentido, ahora es absurdo porque ellas trabajan igual que ellos.

-Los jueces adjudican por sistema la custodia de los hijos a las madres. Miles de padres no pueden ver a sus hijos porque las madres se niegan a ello. Hasta que la justicia lo arregla pasan años, y lo único que le pasa a la mujer que hace esto es que al final tiene acatar lo que dictó el juez en su día, que el padre vea a los niños (que ya miden 1'80) los fines de semana. Por el contrario, un hombre que no pasa la pensión a su ex mujer va a la cárcel.

Según la Asociación de Padres Separados esta práctica, basada en un "victimismo interesado de determinados sectores del feminismo, que tratan de rentabilizar en su favor el sufrimiento de las mujeres de otros contextos históricos y sociales", ha dado lugar a "padres física y moralmente indigentes, hijos semihuérfanos y madres incitadas al parasitismo social".

-Una de las quejas feministas más recurrentes es la del uso degradante de la imagen de la mujer. Nada más lejos de la realidad: todo lo que en televisión es ofensivo para uno de los dos sexos lo es hacia los hombres. Un anuncio como aquél de los electrodomésticos, en el que unos tipos de negro se llevaban al marido porque no sabía cocinar, sería inimaginable en el caso contrario. De llegar a emitirse tendríamos que soportar mil y un discursos de protesta sobre semejante "ofensa a la dignidad de la mujer".

Como ése, hay decenas de ejemplos de anuncios, series de tv, películas, etc., en los que el hombre aparece como el tonto, y ninguna feminista menopáusica de pelo rojo ni ninguna asociación de defensa de la igualdad protesta nunca por ello. En general cualquier manifestación contraria a los hombres es vista con total normalidad. Se hacen chistes continuamente con "los hombres son tan tontos", "los hombres sólo piensan en una cosa", "son unos simples"... y a nadie le parece mal. Pero ay de aquél al qeu se le ocurra decir mucho menos que eso de las mujeres. El rector de Harvard tuvo que dimitir el año pasado porque planteó en una conferencia la idea de que una de las causas posibles que explican por qué hay más estudiantes de Ciencias varones que mujeres podría ser genética. Las feministas y los progres, en una nueva exhibición de su respeto hacia la libertad ajena, le montaron una campaña inquisitorial hasta que dimitió.

-La mentira por excelencia: la discriminación laboral. Es la mayor de las quejas feministas, la repiten sin cesar. Y se trata de la más inaceptable de sus mentiras. Puesto que se cacarea una y otra vez nadie se atreve a cuestionar su fundamento. Pero es una mentira gigantesca, basada en la manipulación estadística y la tergiversación interesada de los datos.

En primer lugar, esta supuesta discriminación atenta contra la observación más elemental. ¿Dónde está la discriminación en las Universidades, si más de la mitad de estudiantes son mujeres? ¿Dónde está la discriminación en las oficinas, en las redacciones, en los comercios... si por todas partes se ven mujeres trabajando? Nos quieren hacer creer que la mujer no puede acceder al mundo profesional, pero es evidente que no es verdad.

Como esa primera idea (las mujeres no pueden acceder al mercado laboral) es indefendible, la acusación ha cambiado: ahora es que "las mujeres cobran menos por el mismo trabajo". Pero es la misma mentira, explicada de otra forma. Es hora hora de desenmascararla:

En España casi el 50% de los empleos son públicos, y en ellos es imposible que haya discriminación porque los salarios se establecen por categorías, sin atender a si el funcionario es hombre, mujer o marciano. En una línea hemos desmontado la mitad de la mentira.

Y en la otra mitad, la del sector privado, los salarios se establecen o por convenio colectivo, en cuyo caso tampoco hay posibilidad de discriminación porque los salarios están pactados de antemano, o por negociación individual, donde la empresa ofrece a la persona un trabajo y un salario y esa persona lo negocia según su valía profesional y su habilidad para negociar. En ningún momento influye en ello ser hombre o mujer. Si el potencial empleado es bueno en lo suyo y sabe negociar, tendrá un buen salario, sea hombre o mujer. Y si no sabe hacer la "o" con un canuto o no sabe vender sus virtudes cobrará poco, sea hombre, mujer o Zerolo.

Por lo tanto, es mentira. Las mujeres NO cobran menos por el mismo trabajo. Sólo dentro del sector privado, y cuando no rigen convenios colectivos, hay individuos que cobran más y otros que cobran menos por el mismo trabajo. La razón por la que unos cobran más es porque son mejores y/o porque en el momento de negociar el salario estuvieron más vivos.

Ésa es la verdad, explicada desde el punto de vista teórico.

En la práctica lo que ocurre es que, efectivamente, los hombres cobran más. Pero esto no tiene nada de extraordinario, responde a la pura lógica. Hay más hombres que mujeres dispuestos a renunciar a su vida personal, y eso se traduce en un mayor progreso profesional por parte de ellos, que por tanto ganan mayores sueldos. Pero, de nuevo, aquí no interviene para nada que el trabajador sea hombre o mujer. Un hombre que no renuncie a su vida personal, que se marche antes de la oficina la mitad de los días porque prefiere pasar tiempo con sus hijos, es decir, un hombre que se comporte como la mayoría de las mujeres, también cobrará menos que otro que se dedique a trabajar 24 horas al día. Y una mujer que no se case y no tenga hijos, o que les poco tiempo porque vive centrada en su trabajo, es decir, una mujer que actúe como la mayoría de los hombres, cobrará lo mismo que un hombre de igual valía en esas mismas condiciones.

Las mujeres no llegan a los puestos de responsabilidad porque la mayoría de ellas tiene menos interés en su carreray elije pasar más tiempo en casa. Los hombres cobran más porque elijen sacrificar parte de su vida personal. ¿Conocen a algún hombre que haya decidido abandonar su progresión profesional para dedicarse al cuidado de sus hijos? No, no conocen a ninguno, no existen. Yo conozco a unas cuantas mujeres que lo han hecho... pero sobre todo a muchas que estarían encantadas de hacerlo si pudieran.

Basta de milongas: no hay ningún tipo de discriminación salarial. Lo que se valora con un sueldo mayor o menor es la aportación individual de cada persona a su trabajo.

Hay un último argumento incontestable: Si fuera verdad que las mujeres cobran menos por el mismo trabajo ningún empresario contrataría hombres, jamás. ¿Cómo va a elegir el empresario el trabajador más caro, si tiene a otro que le saca adelante el mismo trabajo más barato? Nadie paga más por algo que puede conseguir por menos dinero. Menos que nadie, un empresario.

Los hombres, considerados en conjunto, cobran más porque están dispuestos a trabajar más y a sacrificar más en favor de sus carreras profesionales que las mujeres. También porque los hombres son por lo general más creativos, y eso los hace mejores en muchos trabajos. A esta rama treparemos otro día.

Pero si hay que hablar de discriminación laboral, hablemos de discriminación laboral: cientos de miles de treintañeros actuales perdieron un año de su vida, y con ello de su carrera profesional, porque tuvieron que hacer la infausta "mili". Quizá ustedes no lo recuerden, pero yo sí, y muy bien. En ningún sitio te contrataban si no la tenías hecha. Ni una sola mujer tuvo que perder un año por este motivo, y por tanto tienen un año de ventaja, que según el sector profesional puede significar mucho. ¿Quién está discriminado aquí?

Alguien podrá decir "pero eso ya se ha terminado, es el pasado, a los jóvenes de hoy ya no les afecta". Y en ese caso habrá que recordarle que todas las reivindicaciones feministas se basan en supuestas discriminaciones que ocurrieron hace 500 años y por las que nos quieren hacer pagar ahora que ya no existen. El año (y pico, los mayores) de su vida que perdieron cientos de miles de españoles para poder acceder al mercado laboral es una realidad. La discriminación de las mujeres del siglo XVI, eso sí es el pasado.

-Leyes discriminatorias. No existe NI UNA SOLA ley que discrimine contra las mujeres. Sin embargo existen varias contra los hombres: Por ejemplo: para ser policía hay que medir 1'65... salvo si eres mujer, que entonces vale con 1'60. ¿Quién está discriminado? Si para hacer bien el trabajo de un policía hay que medir 1'65, ¿por qué se permite que alguien acceda a ese puesto con menos altura? Y si para hacerlo basta con medir 1'60, ¿por qué no se le permite a acceder a quien mide 1'63... sólo si es hombre?

La de la mili es otra, que afortunadamente ya no existe. Las innumerables creaciones administrativas, consejos de la Mujer, ministerios, concejalías, programas públicos... todos esos vergonzosos ejemplos de robo a nuestro dinero, al fruto de nuestro trabajo, con los que se financian programas de "promoción de la igualdad", son otro ejemplo de cómo la maquinaria legal favorece a las mujeres en contra de los hombres.


El colmo de las leyes discriminatorias es la que aprobó el actual gobierno, que ha conseguido que los hombres sean como los judíos en Alemania: sólo por una denuncia de una cualquiera te meten en la cárcel sin preguntar, y luego a juicio. Sin pruebas, sin fundamentos, sin nada. Existen numerosísimos casos (20.000, según un periodista que lo ha investigado) de hombres que jamás le han puesto la mano encima a sus parejas y que se han quedado en la calle porque la mujer le puso una denuncia falsa. Sólo con eso llega la policía y detiene al hombre, sin más. Así es la nueva ley feminista de nuestro innombrable presidente.

Esta ley es el primer caso en nuestra democracia en el que un crimen se castiga de forma diferente según seas hombre o mujer. Si eres hombre y pegas a tu mujer se considera delito. Si eres mujer y pegas a tu marido, se considera falta. ¿Quién es el que sufre la discriminación?

-La última de las supuestas discriminaciones es la de la llamada "violencia de género" [sic]. Sobre esto ya escribí un post: Violencia de género - Burbuja Económica
así que no me hagan escribir esa aberrante expresión otra vez, que me salen sarpullidos.

Basta ya de tonterías. La discriminación contra las mujeres es un cuento chino. No existe.

Se trata de una gran patraña, una mentira gigantesca, y alguien tiene que decirlo.