viernes, 9 de abril de 2010

CAPITALISMO Y MUJER

Nuestro "maravilloso" sistema capitalista salvaje o ultraliberal vio en las mujeres un "ejército de reserva" que utilizar para mantener todo el poder de negociación en manos de los capitalistas. Del mismo modo que más recientemente ha impulsado la llegada masiva de inmigrantes del Tercer Mundo y ha movilizado a toda la propaganda (multiculturalidad, mestizaje, globalización...) para apoyarla, antes tuvo que crear una base ideológica sobre la que conseguir un cambio social brutal cuyas consecuencias estamos sufriendo ahora.
La mujer tenía que "liberarse" de la "esclavitud" del hogar y la maternidad para incorporarse a la "libertad" de fábricas y oficinas. Así no sólo se aseguraban el control de salarios y condiciones laborales, sino que creaban un nuevo mercado de millones de consumidoras, a las que se podía manipular para hacerlas creer que mediante el consumo podían librarse de la insatisfacción y vacío que sentían por la renuncia que habían realizado. Y para que no quedase un recuerdo del pasado, algo que pudiera poner en cuestión el nuevo sistema, había que destrozar la familia tradicional. Ése es el papel de las feministas y demás acólitos del sistema.

Chesterton dijo que una feminista es una mujer que se alza con el grito de "no volveré a recibir órdenes" e inmediatamente se sienta y se convierte en taquígrafa. Creo que es una buena descripción. (En esa frase Chesterton hacía un juego de palabras, ya que en inglés el verbo “to dictate” significa “dar órdenes” y “dictar”).

ANÓNIMO

Imaginemos el caso de una mujer con ideas feministoides, casada o arrejuntada. Su marido o "compañero sentimental" le dice que ya es momento de tener un hijo, así que podrían dejar de usar anticonceptivos por un tiempo. Ella le responde que es un mal momento, crisis económica y demás. Además aún es muy joven para ser madre, sólo tiene 35 años. Fin de la conversación. Ella es dueña de su propio cuerpo, ¿no?

La misma mujer un año después. Una amiga acaba de tener un hijo y de repente ella siente ese tic-tac del reloj biológico que ha ignorado tanto tiempo. Quiere tener un hijo. ¿Se lo dice a su marido/compañero sentimental? No, hay alguien más importante: su jefe. "Vaya, es que nos vendría fatal... Justamente ahora, cuando nos hace falta gente con tu experiencia... Y mira, están buscando a alguien para el puesto de viceasistente del subsecretario del vicejefe de área. Creo que podrías ser tú. No vas a tirar una oportunidad así, ¿verdad?... Y además eres muy joven. ¿No podríais esperar un tiempo?". Nada de críos, el reloj biológico puede seguir haciendo tic-tac y ella puede seguir con su feliz vida de mujer liberada.